frente al caos interno
A veces pasa que tenemos mil cosas en la cabeza y sentimos que no podemos con todo...
Tantas preocupaciones nos ofuzcan y empazamos a funcionar mal, a equivocarnos en las desiciones, o estar inseguros de poder con todo, y eso nos hace tambalear.
Nos debilitamos intelectual y físicamente.
Y quizas ocurre que hasta nos damos por vencidos en causas menores o descuidamos ciertos asuntos, simplemente por no sentirnos capacitados para hacer frente a tantas cosas.
Somos humanos, podemos fallar!
El año pasado leí en un libro una técnica (que si bien inconscientemente ya conocía), me sirvió para poder reorganizarme.
la técnica consiste en tres etapas:
1- bajar la ansiedad parando la pelota. es decir, frente al caos, nada peor que responder con más caos. porque la pelota se hace cada vez mas grande y despues no vemos salida.
Alejarnos del mundo si es necesario (al menos espiritualmente hablando) quedarnos en silencio, tomarnos un té y relajar la cabeza pensando en algún recuerdo o situación agradable.
2- desatar el caos. Tomar un cuaderno y anotar alli, todas esas cosas que nos tienen preocupados. Tanto laborales como afectivas, todo lo que va llegando a la cabeza, sin importar el órden, y sin cuidar demasiado lo que se escribe... la idea aca es que el inconsciente logre trabajar solo, sin ayuda intelectual.
3- organizar prioridades. releer lo escrito, pero esta vez pensando en un modo de resolverlo.
Anotando a un costado lo que podemos hacer por ese tema. Cuando sentimos que ya lo desmarañamos en nuestra cabeza, entonces los enumeramos, para darle su prioridad.
Yo se que parece un ejercicio muy bobo, pero les puedo garantizar que no siempre nos tomamos esa media hora que se necesita (quizas mas o quizas menos) para darle lugar a las preocupaciones y de ese modo, lograr que la ansiedad desaparezca.
A veces estos mismas etapas las hacemos mentalmente, pero ponerlas por escrito, nos ayuda a revisarlas mejor, y facilita la posterior solucion.
Hace bien darse cuenta que hay cosas que si pueden quedar para mañana, y cosas que aunque estemos convencidos, no dependen de nosotros.
Al cerrar el cuaderno, seguramente nos sentiremos mas livianos.